viernes, 30 de abril de 2010

Son estos los momentos en que los espejos se caen a pedazos para dejar en claro que lo bizarro se hace realidad. La rabia nos apuñala por detrás y por los lados, entrando por los oídos y destruyendo todo a su paso.
Quemar, encender todo el fuego del planeta, quemar todo tipo de conciencia y dejarla en una hoguera.
ODIO la unidad por la mercancía, son lazos falsos, como puentes que unen ciudades, sólo superficiales.